Estas palabras de Clarice Lispector (la complicada y alucinante Clarice) llegan hoy a mi con fuerza:
En el extremo de mí estoy yo.
Yo, implorante, yo, la que necesita, la que pide, la que llora, la que se lamenta.
Pero la que canta.
La que dice palabras.
¿Palabras al viento?
Qué importa, los vientos las traen de nuevo y yo las poseo.
Yo a la orilla del viento.
La colina de los vientos aullantes me llama.
Voy, bruja que soy.
Y me transmuto.
Oh, perro, ¿dónde está tu alma? ¿Está cerca de tu cuerpo?
Yo estoy cerca de mi cuerpo.
Y muero lentamente.
¿Qué estoy diciendo?
Estoy diciendo amor.
Y cerca del amor estamos nosotros
Porque estoy diciendo amor...
y cerca del amor ¿seguimos estando nosotros?
tk...
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2 comentarios:
amoooooooooooor!!
ese amor perruno que coge la garganta y la convierte en congoja, cuando es el momento de darse un golpe en el estómago o de taparse la boca.
duele (des)hacer el camino del vuelta del amor, pero más que andarlo, duele el ver que una lo tiene que andar.
suerte que tenemos grandes compañeras, de ayer y de hoy, que nos cuentan, del boca-a-boca, que todas aprendemos a que el camino aligere el duelo.
se la quiere mucha como la trucha a la trucha!!
A.
ps_si se acuerda de mandarme su dirección postal, la cartera nos lo agradecerá.
hola trucha... lagrimillas se me caen al leerte... mil gracias por tan lindo recordatorio y mensaje :)
aqui andamos. de caminos...
un beso grande. te mando la dirección ahora mismito, que como podrás adivinar, no he estado muy centrada yo estos días que se diga...
besos, truchita! ;-p
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