<< El que viva verá. Me viene la idea de que, en secreto, persigo la historia de mi miedo. O, más exactamente, la historia de su desenfreno, más precisamente aún, de su liberación. Sí, de veras, también el miedo puede ser liberado, y en ello se ve que forma parte de todo y de todos los oprimidos (....)
La mujer libre aprende a apartar sus miedos poco importantes y a no temer al único gran miedo importante, porque ya no es demasiado orgullosa para compartirlo con otras...>>

Casandra, Christa Woolf


"¿Quiénes sois vosotros para decretar quién debería seguir vuestras normas y leyes inventadas?" Layla Anwar, Mujeres en Iraq: nubes rosas y rojas



lunes, 29 de marzo de 2010

metro de madrid...

un hombre toca la armónica... una cicatriz le atraviesa el rostro de arriba a abajo (o de abajo a arriba, según se mire...) y se confunde con las arrugas de quien lleva mucho o muy intensamente, en este planeta... cuando acaba su linda canción, mira al suelo mientras pasa entre la gente con un monederito semiabierto en el que recoger las monedas que (casi nadie) le eche... enganchado al chaleco, con un imperdible, la foto de un bebé...

al rato entra otro hombre: "espero que no haya más personas en este vagón afectadas por el paro, si es así, ruego me disculpen, pero querría, no más, recitarles un poema dedicado a mi hijo". y comienza a recitar...
me bajo antes de que termine su soneto (¿sería un soneto?), ahogado por los anuncios del metro...

en la siguiente línea entra una chica que suelo ver en la calle Montera, y que pide para su hijo. no hay fotos. ni poemas. sólo ella haciendo sonar la monedas en su mano extendida, mientras pasa "una ayuda para mi hijo, por favor..."

metro de madrid informa: "pase, siéntese y observe..."

2 comentarios:

Violeta dijo...

total no da para cientos de miles de poemas el Metro de Madrid...



milbesos!

;)

Pat dijo...

ey! Vio! qué bueno verte por aki, jejejejeje, espero que estés mejor de tu catarro!

besazos!