<< El que viva verá. Me viene la idea de que, en secreto, persigo la historia de mi miedo. O, más exactamente, la historia de su desenfreno, más precisamente aún, de su liberación. Sí, de veras, también el miedo puede ser liberado, y en ello se ve que forma parte de todo y de todos los oprimidos (....)
La mujer libre aprende a apartar sus miedos poco importantes y a no temer al único gran miedo importante, porque ya no es demasiado orgullosa para compartirlo con otras...>>

Casandra, Christa Woolf


"¿Quiénes sois vosotros para decretar quién debería seguir vuestras normas y leyes inventadas?" Layla Anwar, Mujeres en Iraq: nubes rosas y rojas



domingo, 15 de junio de 2008

de terapias, procesos de cambio y momentos artificiales...

Acabo de llegar a casa desde el trabajo. Bueno, llegué hace unos 40 minutos, pero tener vida más allá de lo virtual es lo que tiene: que te entretienes al llegar a casa :-) Y mientras me preparan una rica cenita, me acerco al ordenador y escribo. Hoy fue mi último día allí. Definitivo. Lo dejo, me marcho. Volví a tener la sensación de poder acompañar a la gente -los que quieren- en sus procesos de cambio (debates intensos, aperturas propias de las mentes, emociones y sentimientos, reflexión...) Pero me marcho... Un chico que hace meses que se fue de 'alta' me llamó. Que necesita hablar, que no está bien, que hoy bebió a escondidas, que va de cabeza hacia el consumo como no se frene... Dejó de comunicar cómo se sentía a la gente que le rodea y le quiere. Se metió de lleno en currar y ya está. Del curro al sofá y del sofá al curro. Cualquiera que le viera diría que es un chico normal... Y lo es. Se estaba metiendo de lleno en la normalidad de cada día... A él le dio por hacer terapias porque desarrolló una drogodependencia, pero conozco a muchos que no les vendría mal para construir un cotidiano más habitable para ellos mismos y aquellos que les quieren... Necesitaba hablar y se vino a verme. Pero ya no estaré más allá, en un espacio creado a propósito para que la gente pueda iniciar procesos de cambio tan fuertes...
Me hicieron una despedida que no me dejó otra opción que echar alguna que otra lagrimita. Se propusieron "hacerme difícil" el marcharme. Pero como decía uno de lo hermanos de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (sí, que contratan laicos y gestionan un servicio público de atención a las drogodependencias...) para quitarle hierro al asunto: "no te marchas a Alemania, no?". No, a vivir no me marcho, no, je! Pero en breve me voy para allá de visita :-) El caso es que se me llevó a ver la puesta de sol de Madrid, con un montón de personitas de esas que están allá ingresadas (y las despedidas es lo que tienen, que pintan todo de color de rosa) a la que uno de ellos me cantaba acompañado de la guitarra el 'nothing else matters' de Metallica... Mientras estaba allí sentada mirando el horizonte de Madrid, no podía dejar de pensar en que no me gustan estos momentos que hacen que parezca que todo va bien, que no hay ningún conflicto ni problema. Seré rara, pero no podía dejar de pensar que varias de las personas que estaban allí sentadas no tenían ninguna intención de cambiar y /o cuidar de quienes les rodean, de construir un otro posible... Aquel momento fue muy bonito sí, pero muy artificial también. Y por eso en parte lloraba también, porque el hermano en cuestión, al que aprecio mucho, me dedicó unas palabras (a la que me sujetaba la mano) que sí sé que las sentía, y que fueron todo un homenaje : "es una gran profesional, muy buena persona además, y Patricia vive acorde a sus principios, aunque le cueste... Hasta donde puede, eso sí, que no os vayais a creer que es perfecta (y se ríe, y me río)... pero hasta donde puede, vive acorde a sus principios". Y va una y piensa: 'que tenga que ser un fraile el que entienda mejor que nadie en este sitio por qué me marcho...' Paradojas, una clínica gestionada por una Orden Hospitalaria, y con un sistema médico-sanitarista predominante como forma de entender la intervención... pero ahí le tienes: un fraile con sentido del humor, que se lleva todas las noches de verano a los chicos a ver la puesta de sol (los que quieran) y a dar paseos por los jardines del lugar, a la que aprovecha que uno toca la guitarra para cantar canciones de Fito, Platero, o Metallica (ahí ya se nos perdía) porque una educadora se marcha del centro... Los combates cotidianos es lo que tienen, que son cotidianos, pero qué lindo sería que a más de uno le bastase con sentarse a ver la puesta de sol cada día, y disfrutara de ella...
Lástima de momentos artificiales, coñe! porque hay que ver qué bonitos que son...

2 comentarios:

Unknown dijo...

la artifialidad esa que expresas no está en tu abstracción de los problemas que te rodean o que envuelven a la sociedad, ni en la puesta de sol en sí... Además, que no sólo son preciosos momentos esos que describes como artificiales, sino completamente necesarios para dejar descansar a los casi inagotables cocos que tenemos, que no dejan de darle vuelta a todas las cosas prácticamente nunca. ;)

Un Saludo y Ánimo

Pat dijo...

gracias, majo! :)
si la historia es que vaya momentos, como si todo fuera bien... pero eso: lindos...
un saludo