<< El que viva verá. Me viene la idea de que, en secreto, persigo la historia de mi miedo. O, más exactamente, la historia de su desenfreno, más precisamente aún, de su liberación. Sí, de veras, también el miedo puede ser liberado, y en ello se ve que forma parte de todo y de todos los oprimidos (....)
La mujer libre aprende a apartar sus miedos poco importantes y a no temer al único gran miedo importante, porque ya no es demasiado orgullosa para compartirlo con otras...>>

Casandra, Christa Woolf


"¿Quiénes sois vosotros para decretar quién debería seguir vuestras normas y leyes inventadas?" Layla Anwar, Mujeres en Iraq: nubes rosas y rojas



martes, 21 de junio de 2011

administradme pastillas...

Administradme dosis fuertes de pastillas
para que no sepa pronunciar ni mi nombre 
para perder el sentido de estar sintiendo 
el sopor de una existencia llena de puñales
(...)
olvido metido entre los huecos plastificados,
que aturde el sexo y el alma, 
que adormece la risa
y deja muerta la mirada...


Pastillas que rectifican a los que sueñan, 
más de lo previsto, 
más de lo que a vosotros os hace falta...


De muy jovencita bromeaba con la idea de tomar algo que me aturdiera,

algo que me hiciese más feliz... en la ignorancia y el no saber-sentir...

Lo hubiese tenido fácil (aturdirme, digo):
todo un mundo de sustancias a mi alrededor...

Pero preferí seguir sufriendo
seguir sabiendo.. (o creyendo que sabía)

Hoy, a veces, sigue siendo insoportable
el dolor de saber. o creer que una sabe

El problema es que una es más mayor, y ya no sueña con pastillas de la imbecilidad (que las llamaba)

Sueña con males mayores
y tendida en la cama una se sabe
cansada...


Los versos del principio de la entrada son de Princesa Inca...

A mi, al menos, aún me queda la risa...
y que no me la aturdan...
que
no
me
la
aturdan...

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