Ya sabéis: ando a vueltas con el tiempo y la vida. Mis amores, mis tristezas, mis vivencias... sin tiempos para escribir, pero con ganas de compartir, como siempre, a través de esta ventana que es internet. Así que me tomo un respiro, me acuerdo de un cuento que me leyeron una noche, y que es de mis preferidos, y lo busco para colgarlo acá... porque hace que una se acuerde de lo importante...
“ 1778, Filadelfia: Si él hubiera nacido mujer....
De los dieciséis hermanos de Benjamín Franklin, Jane es la que más se le parece en talento y fuerza de voluntad.
Pero a la edad en que Benjamín se marchó de casa para abrirse camino, Jane se casó con un talabartero pobre, que la aceptó sin dote, y diez meses después dio a luz su primer hijo. Desde entonces, durante un cuarto de siglo, Jane tuvo un hijo cada dos años. Algunos niños murieron, y cada muerte le abrió un tajo en el pecho. Los que vivieron exigieron comida, abrigo, instrucción y consuelo. Jane pasó noches en vela acunando a los que lloraban, lavó montañas de ropa, bañó montoneras de niños, corrió del mercado a la cocina, fregó torres de paltos, enseñó abecedarios y oficios, trabajó codo a codo con su marido en el taller y atendió a los huéspedes cuyo alquiler ayudaba a llenar la olla. Jane fue esposa devota y viuda ejemplar; y cuando ya estuvieron crecidos los hijos, se hizo cargo de sus propios padres achacosos y de sus hijas solteronas y de sus nietos sin amparo.
Jane jamás conoció el placer de dejarse flotar en un lago, llevada a la deriva por un hijo de cometa, como suele hacer Benjamín a pesar de sus años. Jane nunca tuvo tiempo de pensar, ni se permitió dudar. Benjamín sigue siendo un amante fervoroso, pero Jane ignora que el sexo puede producir algo más que hijos.
Benjamín, fundador de una nación de inventores, es un gran hombre de todos los tiempos. Jane es una mujer de su tiempo, igual a casi todas las mujeres de todos los tiempos, que ha cumplido su deber en esta tierra y ha expiado su parte de culpa en la maldición bíblica. Ella ha hecho lo posible por no volverse loca y ha buscado, en vano, un poco de silencio.
Su caso carecerá de interés para los historiadores.”
Eduardo Galeano >>
Y decía que una se acuerda de lo importante, no por que tenga que ser un destino (que de eso se trata: de tener derecho a no cuidar, de que sea una elección, una más... no un destino...) sino porque, efectivamente, su caso carecerá de interés para los historiadores... Porque la vida, el cuidado, lo necesario para vivir... y no las "grandezas"-"batallas"-"proezas"-"guerras", y demás cosas relacionadas con el honor y hacer "cosas importantes", deberían ser la historia...
Mientras tanto, para mí, el reto estará en que nos importe un comino que carezca de interés o no para los historiadores, porque ellos, y su sistema de valoración, nos dará igual... y entonces... sólo entonces, desaparecerán realmente... ('¡el patrón ha muerto!' gritaba Olmo en Novecento, '¡el patrón ha muerto!'... pero sus compañeros/as no entendieron... y entonces, el patrón no murió...)
2 comentarios:
Em...¿iniciamos una recogida de firmas para que este blog se actualice más a menudo?¿alguien se anima a iniciar una huelga de hambre para lograrlo? Y quemarse a lo bonzo...em...¿nadie?
xD jajajaja! jopetas! que hasta finales de diciembre estoy hasta arriba y sin casi tiempo para nada, porque aparte de escribir lo que estoy escribiendo, quiero poder tener tiempo para aquellas personas a las que quiero! ya sabes!
Volveré, te lo juro! ;)
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