<< El que viva verá. Me viene la idea de que, en secreto, persigo la historia de mi miedo. O, más exactamente, la historia de su desenfreno, más precisamente aún, de su liberación. Sí, de veras, también el miedo puede ser liberado, y en ello se ve que forma parte de todo y de todos los oprimidos (....)
La mujer libre aprende a apartar sus miedos poco importantes y a no temer al único gran miedo importante, porque ya no es demasiado orgullosa para compartirlo con otras...>>

Casandra, Christa Woolf


"¿Quiénes sois vosotros para decretar quién debería seguir vuestras normas y leyes inventadas?" Layla Anwar, Mujeres en Iraq: nubes rosas y rojas



viernes, 17 de diciembre de 2010

puentes encarnados...

mis amigas me regalaron un cuaderno hecho a mano por ellas mismas
al final habían escrito un poema...


"El poema de la puente
Kate Rushin

Estoy harta,
Enferma de ver y tocar
ambos lados de las cosas
Enferma de ser la condenada puente de todos

Nadie
se puede hablar

sin mí
¿No es cierto?

Explico mi madre a mi padre mi padre a mi hermanita
mi hermanita a mi hermano mi hermano a las feministas blancas
las feministas blancas a la gente de la iglesia Negra
la gente de la iglesia Negra a los ex - jipis
los ex - jipis a los separatistas Negros
los separatistas Negros a los artistas
los artistas a los padres de mis amigos…

Después
tengo que explicarme a mí misma
a todos

Hago más traducciones
que las malditas Naciones Unidas.

Olvídense
Me enferman

Estoy enferma de llenar sus huecos

Enferma de ser su seguro contra
el aislamiento de sus autoimpuestas limitaciones
Enferma de ser la loca en sus cenas festivas
Enferma de ser la rara de sus meriendas del domingo
Enferma de ser la única amiga Negra de 34 individuos blancos

Encuéntrense otra conexión al resto del mundo
Encuéntrense otra cosa que los legitime
encuéntrense otra manera de ser políticas y estar a la moda

No seré su puente a su feminidad
su masculinidad
Su humani-dad

Estoy enferma de recordarles que no
se ensimismen tanto por mucho tiempo

Estoy enferma de mediar sus peores calidades
de parte de sus mejores

Estoy enferma
de recordarles
que respiren
antes de que se asfixien
con sus propias tarugadas

Olvídense 

crezcan o ahóguense
evolucionen o muéranse

La puente que tengo que ser
es la puente a mi propio poder
Tengo que traducir
mis propios temores
Mediar
mis propias debilidades

Tengo que ser la puente a ningún lado
más que a mi ser verdadero

y después

seré útil"


Me gustaría decir que en ello ando... Sin embargo...

voces, gritos en mi escalera. me asomo. policía. mis vecinos de la puerta de la derecha andan a voces con ellos. los policías quieren entrar en su casa y mis vecinos se niegan. pregunto. soy blanca, tengo el pelo largo, sin "estridencias", voz suave. me informan: hay sospechas de delito industrial, de venta de productos falsificados. ¿los conoce? las voces siguen en aumento. temo que los policías se líen a tortas con mis vecinos. los maderos que más cerca están de ellos (hay más de diez, doce, en un pasillo que apenas mide 1,20 x 3,00) cada vez gritan más ante las negativas y los "no me toques" de dos de mis vecinos...
el tipo que me ha informado (y al cual le he contado que claro que les conozco, que son majos, que es normal que estén a voces, creen que quieren entrar en su casa sin orden judicial...) me pide que les diga algo. yo le miro atónita. si les digo algo será para que no les termineis pegando, capullo. pero eso no se lo digo, sólo lo pienso. y salgo.

y allí me veo, enmedio de un montón de policías y mis vecinos negros, acusados de un delito industrial... (algo así como falsificación de bolsos y demás...)
las voces disminuyen mientras estoy enmedio. han cerrado la puerta y dejado las llaves dentro. saben que no pueden entrar sin orden, pero es difícil creer que no vayan a entrar cuando hay más de 12 maderos llamando a tu puerta... de pronto siento que quiero salir de allí, no quiero estar enmedio. ya ha quedado claro que sin orden no entran, que sólo estaban preguntando (12 a la vez, pero preguntando, oye). así que me vuelvo a mi puerta. entro en mi casa, llamo a la librería para decir que no puedo ir a trabajar. todavía no...
las voces vuelven a subir, les piden los papeles, les quieren cachear... vuelvo a salir...y de nuevo la calma.
y ahi me veo... que resulta que mi metro sesenta y yo somos la (puta) calma...

malditos puentes encarnados!

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