Pat Carra
Colección Cuadernos Inacabados nº45
Número doble, comparte edición con 'Guerras que yo he visto'
2001, horas y HORAS la editorial
<< El que viva verá. Me viene la idea de que, en secreto, persigo la historia de mi miedo. O, más exactamente, la historia de su desenfreno, más precisamente aún, de su liberación. Sí, de veras, también el miedo puede ser liberado, y en ello se ve que forma parte de todo y de todos los oprimidos (....)
La mujer libre aprende a apartar sus miedos poco importantes y a no temer al único gran miedo importante, porque ya no es demasiado orgullosa para compartirlo con otras...>>
Casandra, Christa Woolf
"¿Quiénes sois vosotros para decretar quién debería seguir vuestras normas y leyes inventadas?" Layla Anwar, Mujeres en Iraq: nubes rosas y rojas
El derrumbe de un sueño
algo hallado pasando,
resultabas ser tú.
Una esponja sin dueño
un silbido buscando,
resultaba ser yo.
Cuando se hallan dos balas
sobre un campo de guerra
algo debe ocurrir
que prediga el amor
de cabeza hacia el suelo
una nube vendrá
o estampidas de tiempo
los ojos tendrán.
Fue preciso algo siempre
y no fue porque tú
tenías lazos blancos en la piel
tú, tenías precio puesto desde ayer
tú, valías cuatro cuños de la ley
tú sentada sobre el miedo de correr.
Una buena muchacha de casa decente no puede salir
que diría la gente el domingo en la misa
si saben de tí
que dirían los amigos, los viejos vecinos
que vienen aquí
Qué dirían las ventanas,
tu madre y su hermana
y todos los siglos de colonialismo español
que no en balde te han hecho cobarde
qué diría Dios!
si amas sin la Iglesia y sin la ley
Dios!, a quien ya te entregaste en comunión
Dios!, que hace eternas las almas de los niños
que destrozarán las bombas y el napalm.
El derrumbe de un sueño
algo hallado pasando,
resultabas ser tú
Una esponja sin dueño
un silbido buscando,
resultabas ser yo.
Busca amor con anillos
y papeles firmados
y cuando dejes de amar
ten presente los niños
no dejes tu esposo
ni una buena casa
Y si no se resisten
serruchen los bienes
que tienes derecho también
porque tú
tenías lazos blancos en la piel
tú, tenías precio puesto desde ayer
tú, valías cuatro cuños de la ley
tú sentada sobre el miedo!
sentada sobre el miedo!
sentada sobre el miedo de correr...
silvio rodríguez
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